¿Cómo afecta la subida del precio del metal a la transición energética?
La apuesta por una transición energética hacia un mundo libre de energías contaminantes es un hecho. La transición verde es una realidad, sin duda. Sin embargo, no existen caminos sin obstáculos. Para el sector de las energías renovables, la subida de precio de los metales puede ser uno de ellos. ¿Es un obstáculo salvable? ¿Hasta donde puede afectar esa progresiva escalada en el coste del precio del metal?
¿Qué está sucediendo en este momento en el mercado?
Estamos comprobando como la evolución de los metales durante el último año muestra que el mercado se encuentra en efervescencia. Un cúmulo de factores ha empujado como nunca -y sigue haciéndolo- la demanda de metales y, con ello, los precios directos y todos aquellos productos en los que se utilizan estos materiales.
Es el caso de las energías verdes, suponiendo una amenaza real a lo que parecía algo inquebrantable: cumplir con los acuerdos existentes al respecto en muchísimos países adheridos. Así lo señala la Agencia Internacional de la Energía en un informe sobre la transición energética. En él se indica que la tremenda evolución que han tenido las energías renovables en los últimos tiempos ha incrementado también la demanda de metales vinculados a su producción. Esto se traduce en incertidumbre para el aprovisionamiento y, como consecuencia, mayor presión en los márgenes empresariales y un incremento de los costes. En números concretos, ¿cómo está reaccionando el mercado para tal incremento de la demanda y cómo se traduce en la cotización de los distintos metales? Si nos fijamos en el último mes del año pasado, especialmente relevantes son las subidas del cobre (17%), el paladio (un 13%), el plomo (un 12%), el aluminio (un 11%) o la plata (casi un 10%). Incluso metales menos ligados a la industria, como el caso del oro, suben significativamente. En el caso del oro, un 5%.
¿Cuáles son las previsiones?
Existen datos directos que nos muestran las consecuencias del incremento de precios de los metales para el sector. Por ejemplo, las baterías de litio, por primera vez en años, verán aumentadas su precio. Es más, llevaba años seguidos disminuyendo su coste, lo que todavía revela una mayor influencia de esta escalada del metal, de momento ininterrumpida. Algunas de las compañías que están ejerciendo como líderes de la transición hacia las energías verdes, como los fabricantes de paneles solares o baterías de litio ya están empezando a notar los efectos sobre sus balances de resultados.
De momento, la gran mayoría solamente lo considera un pequeño obstáculo, pero advierten de si se siguen disparando los precios pueden darse consecuencias desastrosas. Por ahora, es solo un aviso y algo que podía anticiparse, pero que sí conlleva un aumento general de los precios. La ley de la oferta y demanda no escapa a nadie. Array, una empresa referente en los sistemas de seguimiento para instalaciones de energía fotovoltaica, ha señalado esto mismo en su última presentación de cuentas. Señala la paradoja de que, a pesar del aumento de la demanda de energía solar, habrá que lidiar irremediablemente, de momento, con la subida del coste del acero.
La empresa china de baterías para instalaciones de energía solar, Gotion High-Tech, también se vio obligada a comunicar un aumento general de los precios derivada del encarecimiento de los materiales, sin señalar directamente al metal, pero siendo la mayor razón de ello. Otras empresas como Vestas o Siemens Gamesa también se han visto a emitir comunicados en esa línea. Por ahora, la preocupación es relativa. Se señala más como una explicación a la subida repentina de los precios de los productos y servicios ofrecidos, pero también se recalca que lo lógico es que los precios acaben por estabilizarse cuando termine el estado de incertidumbre de cara al aprovisionamiento de todos estos materiales. Sin embargo, lo cierto es que ahora existe la intranquilidad, algo que nunca es bueno para los mercados. ¿Qué deparará el futuro?
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